El Madrid marchará a Anfield tras normalizar su situación en la Liga, como si el Clásico del apocalipsis y el ambiente avinagrado posterior no hubieran existido, al menos hasta que llegue el duelo aplazado ante el Valencia. Resultado al margen, de Butarque extrajo Ancelotti algunas buenas conclusiones: Valverde no desmereció como lateral, Asencio mantuvo el buen tono del estreno, Bellingham confirmó su vuelta al estrellato, Mbappé, premiado con la banda izquierda, encontró el gol y Vinicius volvió a resultar crucial. La genialidad se tiene por intermitente. En su caso es insistente. Es él quien va por las musas. También gustó Arda Güler, con el que Ancelotti no se atreve demasiado. Quién sabe si las conclusiones de este 4-4-2 creativo se elevarán a definitivas. El Leganés bastante hizo con capear el temporal de un partido que era de otra Liga y de otro mundo.
Abundan en el campeonato los falsos modestos. El Leganés, sin ir más lejos, que esconde tras un bajísimo presupuesto un equipo competitivo y ordenado, que le aguantó un tiempo al Madrid, en cierto modo más de lo esperado.
En un partido atrapado entre la ventana FIFA y el muro de Anfield, a Ancelotti le quedó un once Frankenstein. Producto de las bajas, Valverde acabó de lateral derecho, puesto en el que entra a martillazos, y Asencio de titular. Por la mañana, Florentino Pérez había colado como canteranos a Rodrygo y Vinicius para disimular el bajo índice que la academia representa en la plantilla y por la tarde entró en el once el central del Castilla, por necesidad extrema más que por verdadera convicción. A menudo sucede aquí y en todas partes, pero funciona. Entre los que Ancelotti se guardó de salida para que lleguen frescos a Liverpool apunten a Mendy y Modric. Y de paso, lesiones y fatigas le dieron la oportunidad de poner a Arda Güler, que empezó en el pelotón, pero llevaba ya varias semanas descolgado. Por darle simetría a una alineación remendada, el turco arrancó en la derecha. Fue de lo mejor del primer Madrid y quien se procuró la primera ocasión. Gran maniobra, tiro más potente que colocado y manos de hierro de Dmitrovic.
Penalti en el limbo
A Mbappé le concedió Ancelotti la banda izquierda, en una especie de terapia geográfica, y Bellingham quedó de mediapunta. Dos estrellas en sus zonas naturales y otra, Vinicius, de nueve, fuera de ella. Al francés le anularon un gol por fuera de juego de medio cuerpo y luego marcó otro de propiedades analgésicas. Siguen pesando más sus goles que su juego.
Al otro lado, Borja Jiménez fue moviendo el equipo sobre la marcha. Ante los grandes no queda otra que adaptarse al clima, habitualmente tormentoso. Así que Juan Cruz pasó pronto de la izquierda a la derecha, a pierna cambiada, movimiento que arrastró también a Munir y Brasanac. Fue un cambio para bien. El Leganés igualó mucho el partido durante un tramo, pisó campo del Madrid y hasta estrelló un disparo de Munir en el larguero, que no constará en acta por fuera de juego del hispanomarroquí. Un acierto del línea que no se vio acompañado por Alberola poco después. Se comió un penalti claro de Altimira a Vinicius. El VAR, esa sala a veces entrometida y a veces muda, hizo la estatua.
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Lo cierto es que el Madrid consumía minutos con mucha pelota y muy pocas ocasiones ante un adversario resistente y bien colocado. En el registro de oportunidades de medio pelo quedaron un lanzamiento de golpe franco de Arda Güler rechazado por Dmitrovic y un disparo al cielo de Vinicius desde la frontal.
Sin embargo, el fútbol tiene su ley de la gravedad, que dice que el peso de los futbolistas diferenciales acabará por bajar a la tierra al más ordenado de los rivales. Sucedió al filo del descanso por una conjunción de astros: Bellingham le limpió una pelota a Altimira, que se aturulló en la salida, Vinicius apareció entonces como una bala para plantarse en el área y regalarle el gol a Mbappé. La firma fue del francés; la primera piedra, de Bellingham, el mejor madridista del choque hasta entonces.
El cañón de Valverde
La segunda mitad supuso una cierta vuelta a la normalidad. Vinicius recuperó su banda izquierda, espacio utilizable por turnos, y Valverde marcó desde fuera del área su tercer gol de esta Liga. La jugada venía con ensayo, toque de Ceballos y pisada previa de Arda Güler, pero la pizarra es papel mojado sin esa derecha/misil del uruguayo, que colocó la pelota rasa y por el palo del portero.
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Para entonces el Leganés ofrecía ya un aire resignado. El gol de Mbappé le quitó la esperanza y luego se vio sometidísimo por un Madrid que empieza a salir de caza de nuevo. El único lío en que se vio envuelto el equipo blanco se lo buscó Courtois, con un regate de tendencias suicidas a De la Fuente. El rebote final estuvo de parte del belga.
El último capítulo, cuando el Leganés ya nada tenía que perder, se volvió movido y en ese río revuelto se manejan estupendamente los esprinters del Madrid, a los que ya se había sumado Brahim, a quien sus goles con Marruecos no le valieron la titularidad. Antes de ser sustituido, a Mbappé se le fue el enésimo gol de su corta carrera en España y Bellingham encontró el suyo, al cabecear un rechace del larguero. El inglés empieza a ser reconocible, al francés aún le falta mucho.
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Cambios
Julián Chicco (57′, Yvan Neyou), Dani Raba (57′, Munir El Haddadi), Brahim Díaz (74′, Arda Güler), Sébastien Haller (74′, Darko Brasanac), Valentin Rosier (74′, Adrià Alti), Luka Modric (82′, Kylian Mbappé), Endrick (85′, Jude Bellingham), Diego García (85′, Miguel de la Fuente)
Goles
0-1, 42′: Kylian Mbappe, 0-2, 65′: Federico Valverde, 0-3, 84′: Jude Bellingham
Tarjetas
Arbitro: Javier Alberola Rojas
Arbitro VAR: Guillermo Cuadra Fernández, Jorge Figueroa Vázquez
Miguel De La Fuente (48′,Amarilla), Adrià Altimira (68′,Amarilla)